LA POBREZA NO CEDE Y HAY QUIENES NO ACCEDEN SIQUIERA A LAS AYUDAS OFICIALES

Familias de migrantes, sin documentos, sin trabajo, sin domicilio fijo y a la deriva. No pueden acceder siquiera a las ayudas sociales que brindan los gobiernos. El rol clave de las organizaciones comunitarias en un contexto de pobreza e indigencia que no se revierte.

Las nuevas cifras del INDEC dadas a conocer días atrás indicaron una leve baja de la pobreza y un aumento de la indigencia. Concretamente, para el universo de los 31 aglomerados urbanos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), hay 2.684.779 hogares –donde viven ni más ni menos que 10.643.749 personas- por debajo de la línea de pobreza. De ese total, 660.494 hogares –con 2.568.671 personas- se encuentran en la indigencia.

En ese escenario, se vuelven vitales las ayudas sociales del Gobierno en sus distintos niveles –nacional, provinciales y de la CABA- como pueden ser la Asignación Universal por Hijo, la Tarjeta Alimentar, el Potenciar Trabajo, el programa Ciudadanía Porteña o el Subsidio Habitacional.

Pero no alcanza. Es más, hay personas que ni siquiera logran acceder a estas herramientas. Por eso el rol de las organizaciones de la comunidad se vuelve clave a la hora de contener a las familias que más lo necesitan.

FUNDAMIND, que asiste a 300 familias en el barrio de Balvanera y gestiona un Centro de Primera Infancia (CPI) con 175 niños de 45 días a 3 años, canalizó el Potenciar Trabajo para varias personas que comenzaron así a insertarse laboralmente a través de la fundación.

El entonces ministro de Desarrollo Social de la Nación, Juan Zabaleta, visitó la fundación hace algunas semanas y celebró el trabajo que se realiza para generar oportunidades a quienes viven cotidianamente distintas situaciones de riesgo social.

Es el caso de Analía, quien empezó a realizar labores de ayuda en la cocina y en la administración de FUNDAMIND y puede redondear un ingreso estable a partir de su incorporación al plan de inserción laboral Potenciar Trabajo. Su hija, además, recibe educación, cuidados y alimentación en doble jornada en el CPI de FUNDAMIND, gestionado en convenio con el GCBA.

Entretanto, hay otras personas que ni siquiera pueden acceder a ninguna ayuda del Estado. Un ejemplo es Marcelo, quien vino con su esposa y cuatro hijos desde Brasil hace algunos años y aún no consiguió tener los papeles para regularizar su situación en el país. Tampoco tiene un trabajo formal y estable, y deambula con su familia de un lugar a otro –con la amenaza de dormir en la calle como tuvo que hacerlo en algunas ocasiones por falta de dinero para cubrir un alquiler regular-.

Como la familia de Marcelo llegan a FUNDAMIND, muchas otras familias que proceden de países limítrofes, pidiendo ayuda y atención para sus miembros más pequeños y su grupo familiar. El impacto de la pobreza y la indigencia se multiplica en ellas mientras se enredan en laberintos burocráticos que les impiden regularizar su situación y acceder, al menos, a paliativos como los programas de asistencia social oficiales.

Desde FUNDAMIND, tratamos de cubrir al menos las necesidades básicas de alimentos, educación y contención social, expresa la psicóloga y coordinadora del área comunitaria Lic Marisa Mujica, quien además expresa que en estos 32 años de vida de FUNDAMIND se ha brindado Educación a 5000 niños y se proveyó alimentos a mas de 10000 familias vulnerables de distintos barrios de CABA, Conurbano Bonaerense, Santa Fe, Salta, Chaco y Neuquén.    

A propósito de los nuevos datos de pobreza e indigencia, el oficialismo deslizó la posibilidad de brindar una nueva ayuda extraordinaria al modo del ingreso de emergencia (IFE) otorgado durante la pandemia. Sin embargo, muchas personas seguirán al margen.


LA MITAD DE LOS CHICOS VIVEN EN LA POBREZA

Al publicarse los datos del primer semestre del año sobre pobreza e indigencia, se conoció también que la pobreza afecta al 50,9% de los menores de 14 años. Esto se traduce en que 5 millones y medio viven en hogares que no cubren la canasta básica total en tanto 1,38 millones no tienen ingresos para acceder a la canasta básica alimentaria, es decir, son indigentes.


DESVINCULACIÓN DE LA ESCUELA

Según datos oficiales del Ministerio de Educación, en el período 2020-2021 la tasa de abandono interanual en el secundario (es decir, el porcentaje de estudiantes matriculados/as en un año de estudio que no se vuelve a matricularse en el año lectivo siguiente como estudiante nuevo/a, repitente o reinscripto) fue de 4,48%. Tomando en cuenta lo que sucede en el último año de la secundaria, la tasa de abandono interanual llega al 15,94%. El impacto de la pandemia no fue ajeno a esta problemática. Claudia Romero, profesora e investigadora de la Universidad Di Tella, explicó que “la desvinculación y el abandono tienen mayor incidencia en los sectores más vulnerables, dado que la estrategia de continuidad pedagógica se basó en 2 supuestos regresivos: la tenencia de conectividad/dispositivos y una familia/adultos presentes y capital cultural suficiente para acompañar las tareas escolares. Quienes no poseían estos requisitos o los tenían muy débilmente quedaron afuera.


HOGARES POBRES

El ingreso total familiar promedio de los hogares pobres fue de $58.472, mientras la CBT promedio del mismo grupo de hogares alcanzó $93.177. La distancia entre los ingresos de los hogares pobres y la CBT aumentó levemente respecto del segundo semestre de 2021.

En el tramo de los recién nacidos y hasta 17 años, es decir todos los que se sumaron a la población en el presente siglo, poco más de la mitad creció en situación de pobreza; y entre uno de cada 10 y uno de cada y se desarrollaron deficientemente, porque no pudieron acceder a la cesta mínima de alimentos.

Semejantes índices de pobreza e indigencia persisten en un escenario en que el Estado nacional, desde la crisis de fines de 2001 ha intensificado los planes asistenciales a los hogares carenciados de ingresos, comenzado por la Asignación Universal por Hijo (AUH) que actualmente cubre a 4,4 millones de niños, de los cuales 3,7 millones perciben el suplemento de la Ayuda Escolar AUH, según los datos explicitados en la presentación del Presupuesto Nacional 2023 de Gastos y Recursos en el Sector Público Nacional; el Plan Alimentar que registra a 2,5 millones de beneficiarios y cubre a 4,1 millones de personas; más otros 1,1 millones perceptores del Plan Potenciar Trabajo; entre los más representativos que alcanzan a personas que se desempeñan en tareas no registradas y también a quienes perciben ingresos inferiores al salario mínimo vital y móvil.

Fuente: Infobae


Visita de Zabaleta a FUNDAMIND

El 6 de septiembre nos visitó en nuestra Casa el entonces ministro de Desarrollo Social de la Nación, Juan Zabaleta, en una jornada donde también nos acompañó la madrina de la fundación, Adriana Brodsky.

Zabaleta recorrió la casa donde funciona el Centro de Primera Infancia y donde se desarrollan los distintos programas de ayuda a las familias en situación de vulnerabilidad.

Asimismo, reconoció el gran trabajo que realiza FUNDAMIND para contener y dar una educación de calidad a los 175 niños y niñas que asisten todos los días al CPI.

Finalmente, ratificó la incorporación al programa Potenciar Trabajo de varias personas que pueden así comenzar a percibir un ingreso y realizar como contraprestación una labor de ayuda en la fundación.

GUÍA DE PROGRAMAS Y SERVICIOS DEL GOBIERNO DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES

GUÍA DE PROGRAMAS SOCIALES DEL MINISTERIO DE DESARROLLO DE LA NACIÓN

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