Siete de cada diez embarazos en adolescentes tienen su origen en una relación sexual descuidada o impuesta, en tanto hay un promedio de 10 partos por hora en esa franja etaria.
Las cifras de Unicef dan cuenta de una problemática que está presente todo el año pero toma notoriedad en estos días.
Por un lado, la llegada de la primavera siempre genera un clima de encuentro que este año ha de ser mucho más fuerte para un segmento de la población particularmente afectado por el aislamiento de los últimos 16 meses.
Pero, además, este mes se lleva adelante la Semana de la Prevención del Embarazo no Planificado en la Adolescencia, una iniciativa internacional promovida por organizaciones públicas y privadas para ayudar a los jóvenes a conocer las diferentes alternativas anticonceptivas que existen y que puedan tomar decisiones informadas sobre su salud sexual y salud reproductiva.
FUNDAMIND, referente desde hace 31 años en la prevención del VIH/Sida en nuestro país y la región, realiza talleres sobre el ejercicio responsable de la sexualidad y brinda acompañamiento a muchas madres jóvenes, cuyos hijos asisten al centro de primera infancia gestionado por la fundación.
“Tenemos años de trabajo de prevención en la calle informando y distribuyendo preservativos. La recomendación constante del uso del preservativo masculino y el reclamo por el preservativo femenino gratuito nos diferencia en el punto de vista de la prevención, ya que no sólo tratamos de prevenir embarazos no deseados sino también las dolorosas infecciones de transmisión sexual”, cuenta Marisa Mujica, psicóloga y coordinadora del área sociocomunitaria de FUNDAMIND.
“Cuando las niñas entre 12 y 18 años carecen de apoyo emocional familiar y no tienen un fuerte deseo puesto en un proyecto de vida, buscan –inconscientemente- realizarse y trascender convirtiéndose en mamás. Acá contenemos y estimulamos a esas niñas para que continúen estudiando y a la vez críen a sus hijas e hijos, de la mejor manera, con todo el afecto y el apoyo de los adultos.”
Historias familiares no desentrañadas, vínculos negativos e inseguridad económica son motivos que impulsan a las adolescentes a refugiarse en el sexo sin protección. “Hacemos lo posible para que las niñas que se acercan a FUNDAMIND logren crecer y desarrollarse con la mayor seguridad y tranquilidad que permite el ser adolescente”.
Según las cifras oficiales, una de cada cuatro chicas que tuvo su primer hijo en esa etapa tendrá el segundo antes de los 19 años, dato que se verifica en el hecho de que, en el 80 por ciento de las maternidades públicas del país, el 29% de las adolescentes fue madre por segunda o tercera vez antes de los 20.
La pandemia aisló a los y las adolescentes, pero la problemática no se redujo. Al contrario. De acuerdo con el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), cada 6 meses que se mantenga el aislamiento social, preventivo y obligatorio, se proyectan 7 millones más de embarazos no planeados en el mundo.
“Tenemos la esperanza de mejorar la rutina de nuestras vidas”
Marcela tenía 15 y su compañero, 16, cuando nació Isabella, que ahora tiene tres años y va al CPI de FUNDAMIND, en el barrio de Once. A las dificultades propias de la crianza siendo tan jovencitos, se sumó la pandemia. Él perdió el trabajo y tuvieron que irse a vivir con la madre de ella, en el Gran Buenos Aires. Ahí comenzaron a construir una pieza en el patio de la casa de la abuela, pero llegó el invierno y no habían terminado el techo.
“Entre todos les mandamos ropa, abrigo, un caloventor. Así y todo lo pasaron muy mal. No tenían para viajar y no podían venir a buscar la comida ni traer a la nena, que después se enfermó. Seguimos ayudándolos hasta que él pudo empezar a hacer algunas changas y, de a poco, comenzaron a salir”, relata Marisa.
La situación fue mejorando hasta que lograron mudarse nuevamente a Capital, a una pieza que ahora comparten con una hermana de Marcela. Como ellos, otras tantas de las mamás jovencitas de FUNDAMIND tuvieron que mudarse, vivir de prestado, O atravesaron problemas de violencia. “Donde parecía que todo estaba bien, de pronto empezó a andar todo mal.”
A pesar de todo, Marcela es optimista: “La primavera está cerca y la gente -en su mayoría- vacunada. Así, tal vez podamos organizarnos un poco más, enfermarnos menos y encontrar alguna ocupación mejor paga que nos permita un poco de tranquilidad. Deseamos que los chicos puedan ir al CPI todos los días, hacer psicomotricidad en la plaza, festejar los cumpleaños al aire libre. Tenemos la esperanza de volver pronto a las actividades comunitarias, talleres, jornadas de prevención para impedir los estallidos violentos en las familias y mejorar la rutina de nuestras vidas.”
DESIGUALDADES
Los datos a nivel nacional sugieren que los embarazos adolescentes no intencionales “se encuentran vinculados íntimamente a desigualdades sociales, económicas y culturales”. Sin embargo, se advierte sobre “no equivaler estos fenómenos a la pobreza”.
“Los embarazos y las maternidades en la adolescencia no son fenómenos exclusivos de los sectores populares. Sin embargo, es allí donde se encuentran con mayor frecuencia por sus vinculaciones con una serie de desigualdades previas”, señalan los ministerios de Salud, Educación y Desarrollo Social en un documento reciente con propuestas para abordar la problemática en las escuelas.
En el estudio, se reconoce que “los embarazos no intencionales exponen las falencias de las instituciones en la garantía de derechos sexuales y reproductivos de las y los adolescentes” y se subraya que el acceso a la Educación Sexual Integral constituye una herramienta fundamental “para promover una mayor autonomía en la toma de decisiones ya desde el nivel inicial”.
CONOCÉ TUS DERECHOS A…
*Información y a la educación sexual. Todos los educandos tienen derecho a recibir educación sexual en los establecimientos educativos: educación precisa, con base en la evidencia científica, gradual y adecuada a cada edad y etapa del desarrollo (Ley 26.150 de Educación Sexual Integral)
*Gozar de la propia sexualidad sin presiones ni violencia.
*Acceder a consejería en salud sexual y reproductiva.
*Provisión de métodos anticonceptivos.
*Una detección temprana y un abordaje integral del abuso sexual y el embarazo forzado.
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